El magnetismo es un fenómeno producido por algunas sustancias naturales al igual que por corrientes eléctricas. Se producen por una partícula cargada en movimiento, así como por una corriente eléctrica que está sometidas a fuerzas en presencia de campos magnéticos.
Las fuerzas sobre partículas cargadas móviles en un campo magnético se utilizan también para el espectrómetro de masas para identificar y separar sustancias. Mediante una bobina que gira en un campo magnético pueden generarse corrientes alternas o continuas.
Las fuerzas electromagnéticas inducidas pueden utilizarse para medir ritmos de flujo, tales como el sanguíneo en las arterias. La función del corazón se establece en las propiedades eléctricas y contráctiles de sus células. Presenta un ritmo de contracción autónomo, cuya frecuencia e intensidad dependen de las necesidades metabólicas del organismo y del volumen sanguíneo de entrada y las resistencias de la salida.
En consecuencia, los organismos pueden verse influidos también por campos magnéticos y electromagnéticos externos. Cambios en los campos naturales del cuerpo pueden producir cambios físicos y de conducta, todos los Campos Electro Magnéticos (CEM) son campos de fuerza que transportan energía a través del espacio y son capaces de producir un efecto a distancia. Estos campos poseen características tanto de ondas como de partículas.
Dependiendo de qué tipo de experimentos se lleve a cabo para investigar la luz, las ondas de radio, o cualquier otra parte del espectro CEM, uno hallará ya sea ondas o partículas denominadas fotones. Un fotón es un pequeño paquete de energía que no posee una masa medible. Cuanto mayor es la energía del fotón, mayor es la frecuencia asociada con su forma ondulatoria. El ojo humano detecta sólo una delgada banda de frecuencias dentro del espectro CEM: el de la luz visible. Un fotón entrega su energía a la retina en la parte posterior del ojo, el cual la convierte en una señal eléctrica en el sistema nervioso que produce la sensación de luz.
Las aplicaciones del electromagnetismo en la vida práctica son innumerables.
En la práctica clínica, las aplicaciones del Bioelectro Magnetismo Médico BEMM ofrecen la posibilidad de diagnósticos más acertados, económicos y efectivos, así como nuevas terapias no invasivas para problemas médicos, incluso, para aquellos considerados como intratables o recalcitrantes frente a los tratamientos convencionales.
En la investigación biomédica, el BEMM proporciona una mejor comprensión de los mecanismos fundamentales de comunicación y regulación en niveles que van desde lo intracelular hasta órganos y sistemas. Un mayor conocimiento de los mecanismos fundamentales de las interacciones de los CEM podría conducir directamente hacia mayores avances en los métodos de diagnóstico y tratamiento.
En la actualidad estamos familiarizados con tecnología que mide en milivoltios, como el electrocardiograma, ya se usa tecnología que mide el rebote de las ondas de sonido y las traduce en imágenes, como las ecografías, y se cuenta con equipos sofisticados como el magnetocardiógrafo y el magnetoencefalógrafo.
La evolución de los medios para medir las múltiples estructuras humanas ha dado lugar al diseño de equipos capaces de medir diferentes aspectos y condiciones, lo que ha permitido establecer parámetros en la homeostasis humana.
Aplicaciones de magnetoterapia
Entre los impactos más amplios del tratamiento del bioelectromagnetismo, está la disminución de la agonía, siendo una poderosa estrategia para los individuos que languidecen. Sin embargo, tiene muchas más aplicaciones este tratamiento clínico en nuestro cuerpo en zonas como:
Contraindicaciones
Como todos los tratamientos, y a pesar de que no se recuerdan por completo sus pertenencias, adicionalmente el bioelectromagnetismo tiene contraindicaciones. Por ejemplo, es mejor no utilizarlo en mujeres embarazadas, personas con problemas cardíacos y respiratorios, cuando usan un marcapasos o tienen hipotensión.
